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VIDA ESPIRITUAL:
- Testigo de la fe, en su labor educativa, como contribución concreta a la realización del Reino de Dios en el mundo de hoy.
- Sea coherente entre el quehacer diario y el mensaje Evangélico, actuando de manera práCtica y concreta para la vida en actitud de conversión.
- Muestre su solidaridad en la denuncia de las injusticias y anunciando la Buena Noticia.
PERSONAL Y PROFESIONAL:
- Manifieste actitudes y valores humano-cristianos y franciscanos, necesarios para la vida.
- Asuma en su trabajo el estilo pedagógico de Jesús y de madre Isabel, viviendo las exigencias de los valores evangélicos y de su ser franciscano: responsabilidad, respeto, minoridad, humildad, fraternidad, oración, alegría y disponibilidad.
- Manifieste conciencia de su vocación de educador(a) cristiano(a) católico(a).
- Sea promotor(a) de los calores ecológicos como expresión de la civilización del amor.
- Promueva desde su ser dinámico, creativo, innovador, una metodología constructiva, acorde con las nuevas tendencias educativas y tecnológicas.
- Evalúe con sentido de honestidad, justicia y flexibilidad, desde la realidad de cada estudiante, en un clima de participación y respeto a las diferencias individuales.
COMUNITARIO:
- Valore la integración de modo positivo y creativo en la institución.
- Capaz de interpretar la cultura y los valores de los pueblos a fin de lograr la comprensión, el respeto mutuo y el fortalecimiento de los vínculos de solidaridad, inclusión e interpretación.
- Posea sensibilidad política y social, que oriente su trabajo a la transformación de la sociedad con miras a la construcción de la fraternidad y la cultura de la paz.
- Muestre habilidad en el manejo de la comunicación asertiva en sus relaciones interpersonales.
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